El pulque o mejor conocido como el “néctar de los dioses” es una de las bebidas con mayor tradición en nuestro país junto al tequila y el mezcal. Su origen se remonta desde épocas prehispánicas. Se dice que era consumido en festividades importantes y que era utilizado en rituales en los que los indígenas se lo ofrecían como un tributo a sus dioses. Actualmente, es una pieza clave en la gastronomía mexicana. Su creación proviene de Apan, Hidalgo.

 

Desde tiempos muy remotos se le ha asignado propiedades curativas pues era considerado como un remedio eficaz contra diversos males. Un dato curioso es que en los tiempos prehispánicos sólo era consumido por mayores de 50 años o por los que iban a ser sacrificados.

 

Esta bebida de los dioses se obtiene del maguey o del agave, que es una planta de gran tamaño de la que se pueden extraer la savia o el aguamiel. El aguamiel al ser fermentado se convierte en pulque. Esta planta es conocida como el árbol de las maravillas.

 

En épocas remotas era considerado como una bebida para las clases altas en la sociedad azteca, se usaba en rituales y festejos en honor a la diosa Mayahuel, pues los aztecas consideraban que el agave era su encarnación.

 

En nuestro país tiene una gran importancia pues se producen alrededor de 303 mil toneladas de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, siendo Hidalgo su principal productor, después de Tlaxcala y Puebla.

 

 

La leyenda de sobre el origen del pulque

 

Cuenta la leyenda que Mayahuel era una diosa hermosa que estaba relacionada con la tierra, la fertilidad y la alimentación. Vivía apartada en el cielo con su abuela, que era uno de los demonios celestiales de la oscuridad que se encargaba de impedir que el sol saliera y la cuidaba celosamente.

 

Por otra parte, los dioses del panteón mexica tenían lástima de los hombres al ver que no tenían nada que les alegrará el corazón o les produjera placer y gozo. Fue así como comenzaron a discutir en qué regalarles, pero no se ponían de acuerdo.

 

Sin embargo, Quetzalcóatl recordó que Mayahuel tenía una planta mágica que les daría techo, bebidas y comida a los hombres. Fue así como los dioses le encomendaron la tarea de traerla. Quetzalcóatl emprendió la búsqueda y sí que se convirtió en ehécatl o viento y una vez con ella intentó convencerla de irse con él.

 

La joven doncella aceptó, se enamoraron sin poder evitarlo y se prometieron amor eterno. Al llegar a la tierra se transformaron en una rama entrelazada, pero la abuela de la joven se dio cuenta de su ausencia y la fue a buscar a la tierra.

 

Una vez en la tierra, las ramas se desgajaron y la abuela reconoció a su nieta y la partió en partes, luego sus restos a cada una de las diosas un trozo para devorarlo y retirarse. Quetzalcóatl retorno a su forma original y se reunió los trozos de su amada y los plantó, fue así como surgió el maguey.

 

Y por esta razón, es considerada una bebida gastronómica muy representativa de nuestro país que es parte de nuestra cultura.