El ancestral maguey pulquero ha acompañado a los mexicanos desde tiempos remotos. Los hornos para la destilación del maguey en Xochitécatl, del periodo formativo, y la existencia de Ometochtli, Dios del pulque confirman su importancia.

 

El maguey pulquero no solo es una planta suculenta, también es una de las especies con mayor tradición de usos en México; su versatilidad es histórica, y aunque el principal empleo atribuido es la obtención de pulque, no se le debe pensar como su sinónimo, pues la diversidad de usos que se le da denota su multifuncionalidad. El empleo continuado y habitual de esta especie permite categorizarlo en al menos siete destinos:

 

Alimenticio. Integra las sustancias comestibles y materiales relacionados con la preparación de los alimentos, clasificados en: bebidas, comida, condimento, miel, etcétera.

 

Domésticos. Satisface las necesidades propias del hogar, proveyendo de utensilios, muebles, enseres, limpieza y abrasivos, combustible y fertilizante ornamental.

 

Tejido y vestuario. Provee insumos para la confección de artesanías, a partir de hilo de ixtle, fibra vegetal muy resistente que no daña al medioambiente al finalizar su vida útil.

 

Salud y belleza. Su tratamiento y transformación provee insumos medicinales y cosméticos.

 

Construcción. Es un material que permite edificar pequeños muros y delimitar terrenos.

 

Agrícolas. Los agaves permiten para la protección y regeneración del suelo.

 

Forraje y suplemento. Contribuyen a la alimentación de animales. Además, es aditamento para fortalecer la inmunidad de aves de corral.

 

El maguey pulquero forma parte de la cotidianeidad de hombres y mujeres del valle central del país, pues representa su modo de vida y medio de subsistencia. Las condiciones físicas y bondades de esta planta, sumadas al ingenio de los habitantes para valerse de los recursos con los que cuentan hacen de esta especie un verdadero regalo de los dioses.